domingo, 26 de diciembre de 2010

Reflexiones de una Navidad

Mientras mi limonada se acercaba al fin… me encontraba observando con atención aquellos gestos de dolor, esos que solo pueden ser producto del alejamiento tan incierto como el regreso mismo, esas lagrimas q destilan lo mas puro del sentimiento humano, dolor y tristeza… sacrificio necesario mas no se si imprescindible, en fin… mientras me preguntaba en que momentos de mi vida pasaría por esa misma experiencia empecé a  alejarme del aeropuerto,  mirando de reojo el reloj y contemplando el sol ocultarse por la torre principal, acelere un poco el paso y confirme… chess q tarde es…

Faltando un par de días para la llegada de la Navidad me encontraba en plena avenida faucett… no disfrutando pero si participando de una de las manifestaciones propias de estas fechas… el trafico navideño, entre quejas de pasajeros apurados por llegar a sus destinos y la ansiedad creciente del señor chofer J  poco a poco me fui quedando dormido, de reflejo prendí el mp3 y perdí la ilación del levantamiento y sublevación del cual el conductor y su fiel cobrador iban a ser victimas… q bien.

Descanso sobre mi cabeza
Intento ver através de esta niebla
Mis Ideas se escapan
Dormido sobre un suave lienzo
Que e escrito con todos mis sueños
Segado por mi ideal

Ya lo se, despierta, eso mismo sucedió en ese momento, regresando del sueño y de las canciones que me acompañaron por casi una hora, me encontré en plena Javier Prado, mire por la ventana y empecé a contemplar las luces de colores propias de estas fiestas, el interminable desfile de automóviles y la gente corriendo con una sonrisa en el rostro mientras cargaban esas sus decoradas canastas navideñas… en eso me di cuenta q la señora que se sentó a mi lado me miraba de reojo, tal vez preguntándose desde donde iba, o si ya me había pasado del paradero o por que de lo desaliñado de mi imagen, no se.. Intentaba disimular su impresión evitando el contacto visual conmigo… en fin no le pregunte – seria mi gesto de extrañeza y cansancio tal vez – y es que era la primera vez q tomaba este camino, exactamente a donde iba – a mi casa, como llegaría-  no estaba muy claro aun… mientras se acercaba a mi querido distrito recordaba el día cansado que me había tocado vivir y mis ojos se empezaron a cerrar nuevamente….

Llegando a San Juan intencionalmente baje en ese mi colegio secundaria… es cierto fue un día cansado pero decidí darme el gusto de contemplarlo, mientras lo admiraba y empezaba a recorrer aquellas calles por las que siempre pase, aquellas que de cierta forma me vieron crecer, imaginaba la navidad de esas familias, aquellas que se despedían en los aeropuertos, sentir la ausencia de aquel que estimas y quieres tanto, por esa persona por quien eres capaz de derramar un diluvio de lagrimas como lo hacían ellos, pero que sin embargo no están en el momento en el cual por derecho tendría que compartir, en fin, otra vez….bajando por la avenida San Juan y mientras editaba mensajes de texto eleve la mirada y contemple los adornos,  recordé también las decoraciones de años pasados, las sonrisas de los vecinos y las travesuras de los amigos.. el cohete que reventó en mi mano y la emoción del regalo con mi nombre bajo aquel artificial árbol de navidad… reconceptualizando, no estuvo mal… a mis casi 25 años ya, debo reconocer q la mediana felicidad q tengo es gracias al afecto y las personas q están conmigo y a las cuales agradezco su compañía y atención… otorgan el mejor de los presentes, Sentimientos lleno de positivismo, un consejo, un regaño, un chiste, y uno que otro lapo, pero ante todo su desinteresado interés.

Mientras pensaba en los agradecimientos y personas especiales en mi vida (aquí y ahora) llegue al umbral de mi casa donde la historia se disemino entre los modelos de celulares nuevos que mi hermana reclamaba y la estridente estrella de navidad que mi madre luego de varios intentos y con el extraño consentimiento mío, logro colgar desde la ventana de mi cuarto, donde hasta ahora sigue…en fin, será el “Espíritu Navideño”.

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